Aumento de las tasas de Cáncer de Mama entre mujeres jóvenes: un desafío contemporáneo para la Radiología

por Ene 31, 2024Mamografía

La incidencia de diagnósticos de cáncer de mama ha experimentado un aumento constante en mujeres menores de 50 años durante las últimas dos décadas, y este incremento se ha vuelto más pronunciado en los últimos años, según un estudio liderado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis.

Tumores positivos para el receptor de estrógenos

Este aumento se atribuye en gran medida al crecimiento en el número de mujeres diagnosticadas con tumores positivos para el receptor de estrógeno, es decir, crecimientos cancerosos alimentados por el estrógeno.

Aunque las tendencias generales muestran incrementos, se han observado disminuciones en tipos específicos de tumores y entre grupos específicos de mujeres.

Estos cambios en las tasas de enfermedad en mujeres jóvenes, analizados por edad, raza, tipo de tumor, etapa del tumor y otras características, podrían ofrecer pistas para estrategias de prevención.

Publicado el 26 de enero en JAMA Network Open, el estudio liderado por el Dr. Adetunji T. Toriola, profesor de cirugía y co-líder del Programa de Prevención y Control del Cáncer en el Centro de Cáncer Siteman, ofrece una perspectiva crucial sobre el aumento de los casos de cáncer de mama en mujeres jóvenes.

Los números hablan por sí mismos

La investigación analizó datos de más de 217,000 mujeres estadounidenses diagnosticadas con algún tipo de cáncer de mama entre 2000 y 2019. En 2000, la incidencia de cáncer de mama en mujeres de 20 a 49 años era de aproximadamente 64 casos por cada 100,000 personas.

A lo largo de los siguientes 16 años, esa tasa aumentó lentamente, incrementándose aproximadamente en un 0.24% por año.

Hasta 2016, la tasa había alcanzado alrededor de 66 casos por cada 100,000. Sin embargo, después de 2016, por razones aún no comprendidas, la tendencia experimentó un aumento abrupto, aumentando repentinamente en un 3.76% por año.

Para 2019, tan solo tres años después, la tasa había alcanzado los 74 casos por cada 100,000.

Una particularidad intrigante de los datos es que el aumento en la incidencia de cáncer de mama se debe casi exclusivamente a un aumento en tumores que son positivos para el receptor de estrógeno.

Toriola destaca que estos tumores tienen proteínas en su superficie que se unen al estrógeno, estimulando así su crecimiento.

De hecho, la incidencia de tumores sin el receptor de estrógeno disminuyó durante los 20 años analizados en el estudio.

“Debemos comprender qué impulsa el aumento específico en los tumores positivos para el receptor de estrógeno”, señala Toriola. “También esperamos aprender de la disminución en los tumores negativos para el receptor de estrógeno. Si podemos entender qué está reduciendo esa tasa, tal vez podamos aplicarlo en esfuerzos para disminuir o prevenir otros tipos de tumores de mama”.

El estudio también reveló tasas más altas de cáncer de mama entre mujeres  afrodescendientes, especialmente entre aquellas de 20 a 29 años.

Las mujeres en este grupo de edad tienen un 53% más de riesgo de cáncer de mama en comparación con las mujeres caucásicas del mismo grupo de edad.

Además, las mujeres afrodescendientes siguen teniendo un mayor riesgo desde los 30 hasta los 39 años, aunque este riesgo adicional es menor, aproximadamente un 15% más en comparación con las mujeres blancas del mismo rango de edad.

Luego, a partir de los 40 hasta los 49 años, la tasa cae por debajo de la de las mujeres blancas.

Los parámetros étnicos y sociales también son relevantes

Toriola y su equipo están evaluando tejido tumoral de mujeres con cáncer de diferentes edades y razas para ver si hay diferencias moleculares que puedan arrojar luz sobre por qué el cáncer se desarrolla más en mujeres jóvenes afroamericanas.

Cabe destacar que las mujeres hispanas en el estudio tuvieron la incidencia más baja de cáncer de mama de cualquier grupo.

Además, los investigadores mostraron un aumento en los diagnósticos de tumores en etapa 1 y etapa 4, y una disminución en los diagnósticos de tumores en etapa 2 y etapa 3.

Toriola señala que estos datos sugieren que las mejoras en la detección en las últimas dos décadas, junto con una mayor conciencia de antecedentes familiares y factores genéticos de riesgo para el cáncer de mama, han llevado a que muchos tumores se detecten más temprano.

Sin embargo, también sugiere que cuando se omiten los tumores en etapa 1 en mujeres jóvenes, tienden a no encontrarse hasta que alcanzan la etapa 4.

Los investigadores también encontraron diferencias en el riesgo de cáncer de mama según el año de nacimiento.

Toriola destaca que la diferencia más dramática fue un aumento de más del 20% en el riesgo de cáncer de mama entre mujeres nacidas en 1990 en comparación con aquellas nacidas en 1955.

“Tenemos la esperanza de que este estudio ofrezca pistas sobre estrategias de prevención efectivas en mujeres más jóvenes, especialmente en mujeres negras jóvenes, que tienen un riesgo particularmente alto de desarrollar cáncer de mama antes de los 40 años”, concluye Toriola.

 

Para conocer más sobre esta investigación recomendamos visitar JAMA Network Open y acceder al artículo completo.

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