El análisis de la composición corporal en TC podría mejorar la supervivencia en cáncer de pulmón

por Feb 28, 2025Tomografía0 Comentarios

Rol de la composición corporal en el cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC, por sus siglas en inglés) es una de las neoplasias más comunes y letales a nivel mundial. Su abordaje terapéutico puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapias dirigidas, dependiendo del estadio clínico.

A pesar de los avances diagnósticos y de tratamiento, muchos pacientes con NSCLC continúan enfrentando dificultades para prolongar su supervivencia.

En los últimos años, han surgido nuevos factores pronósticos que van más allá de la estadificación tumoral convencional. Entre ellos, la composición corporal determinada a través de tomografía computarizada (TC) ha cobrado relevancia.

El tejido adiposo, tanto subcutáneo como intermuscular, y la masa muscular esquelética pueden influir en la respuesta al tratamiento y en la evolución de la enfermedad.

Recientes investigaciones, publicadas en Insights into Imaging, señalan que ciertos parámetros cuantificados a partir de TC de tórax podrían tener valor pronóstico en pacientes con NSCLC resecable.

Estas variables se presentan como herramientas clínicas útiles para identificar de forma temprana a quienes podrían requerir intervenciones más intensivas en nutrición o rehabilitación.

Relación entre parámetros de composición corporal y pronóstico en el NSCLC

La TC de tórax se utiliza de forma rutinaria en la evaluación preoperatoria de pacientes con cáncer de pulmón.

Gracias a los avances en segmentación de imágenes, ahora es posible extraer información sobre la distribución del tejido adiposo y la masa muscular. De manera específica, el índice de grasa intermuscular (IMAI) y el índice de masa muscular esquelética (SMI) han ganado importancia como indicadores de riesgo.

Un IMAI elevado puede reflejar un exceso de tejido graso en el espacio intermuscular, lo que se asocia con una menor capacidad funcional del músculo.

Por su parte, un SMI alto indica una mayor reserva muscular que, según evidencia reciente, se relaciona con una mejor respuesta al tratamiento y una recuperación más rápida tras la cirugía.

En el NSCLC resecable, la posibilidad de extirpar por completo el tumor ofrece un mayor potencial de supervivencia. Sin embargo, no todos los pacientes evolucionan de la misma manera tras la cirugía.

De acuerdo con estudios emergentes, la composición corporal puede desempeñar un papel determinante en la probabilidad de recaída y en la supervivencia a largo plazo.

Metodología y hallazgos clave del estudio

En la investigación publicada en Insights into Imaging, se realizó un estudio retrospectivo multicéntrico que evaluó a 2.712 pacientes (edad promedio de 61,53 años) con NSCLC resecable.

Se analizaron las imágenes de TC de tórax preoperatorias para determinar la cantidad de tejido adiposo intermuscular, la grasa subcutánea y la masa muscular.

El estudio identificó que 635 participantes fallecieron y 465 presentaron recurrencia local o metástasis a distancia del NSCLC.

Al revisar las asociaciones entre la composición corporal y la supervivencia global (OS, por sus siglas en inglés), los investigadores encontraron que aquellos pacientes con un IMAI alto tenían un 49 % más de riesgo de menor OS. Por el contrario, un SMI elevado se asoció con un 14 % menos de riesgo de menor OS.

Estos resultados respaldan la idea de que la masa muscular y la distribución del tejido adiposo afectan la fisiopatología tumoral.

La inflamación crónica, la disfunción inmunológica y el estrés metabólico pueden verse exacerbados por altos niveles de grasa intermuscular. Mientras tanto, una reserva muscular sólida parece favorecer la tolerancia a la cirugía y la resistencia al desgaste físico característico del cáncer.
Implicaciones clínicas de la masa muscular en el NSCLC

El papel de la masa muscular en la recuperación postoperatoria no es un tema menor. Un buen estado muscular puede mejorar la capacidad del paciente para soportar el estrés quirúrgico y los tratamientos oncológicos adyuvantes, como la quimioterapia.

Un sistema inmunitario más robusto y una mayor reserva fisiológica se asocian con menos complicaciones y una recuperación más ágil.

Según el autor principal del estudio, el doctor Yilong Huang, una reducción importante de la masa muscular merma las defensas del organismo, complicando el combate contra la neoplasia y la recuperación tras la cirugía.

En cambio, los pacientes que conservan o desarrollan una masa muscular adecuada suelen experimentar efectos secundarios menos severos. Además, la masa muscular amortigua el catabolismo propio de los tratamientos, acelerando la restauración de los tejidos dañados.

Estos hallazgos resaltan la importancia de integrar la evaluación de la composición corporal en el protocolo de atención a pacientes con NSCLC.

Así se pueden diseñar intervenciones nutricionales y de ejercicio físico que fortalezcan la masa muscular y controlen el exceso de tejido adiposo, favoreciendo mejores desenlaces clínicos.

 

Imagen destacada de Insights into Imaging

Segmentación de la composición corporal a la altura de L1 en una imagen de TC.
a) Segmentación de la composición corporal en el nivel de L1.
b) Imagen de TC sin segmentar.
c) Músculo esquelético segmentado (SM, en rojo).
d) Grasa subcutánea segmentada (SAT, en verde).
e) Tejido adiposo intermuscular segmentado (IMAT, en azul).
f) Tejido adiposo visceral segmentado (VAT, en morado).

El valor de un modelo combinado de factores clínicos y parámetros de TC

El estudio destacó la efectividad de un modelo que combinó factores clínicos tradicionales con datos derivados de la composición corporal, logrados mediante segmentación de TC de tórax.

Este modelo combinado aumentó la precisión pronóstica en un 7,8 % a un año y en más de un 10 % a tres años, en comparación con un modelo basado únicamente en factores clínicos.

La explicación de este incremento radica en la complementariedad de ambos enfoques. Mientras los datos clínicos proporcionan información sobre la historia médica, el estadiaje tumoral y otros marcadores fisiológicos, los parámetros corporales ofrecen una visión directa del estado nutricional y metabólico del paciente.

Por ello, considerar factores como IMAI y SMI de manera conjunta con características clínicas tradicionales puede ayudar a identificar a quienes presentan mayor riesgo de complicaciones o menor supervivencia.

Se enfatiza, no obstante, que esta ventaja se centró en la predicción de la supervivencia global. Los investigadores no encontraron una ganancia significativa al pronosticar la supervivencia libre de enfermedad (DFS), lo que indica la complejidad de los factores que intervienen en la recurrencia tumoral y en la progresión metastásica.

Desafíos y futuras perspectivas

A pesar de las ventajas que ofrecen estas métricas, el estudio reconoce ciertas limitaciones.

El proceso de segmentación manual de imágenes de alta resolución exige un tiempo considerable y un alto nivel de experiencia. Además, un 12 % de la cohorte carecía de datos de índice de masa corporal (IMC), lo que pudo influir en el análisis.

La investigación tampoco evaluó variables como la fuerza muscular, el estado nutricional detallado o la función respiratoria específica. Todos estos factores pueden influir en la evolución de los pacientes con NSCLC y deberían considerarse en futuras indagaciones.

En el horizonte, se vislumbra la aplicación de herramientas de inteligencia artificial y software de análisis automatizado que faciliten la segmentación y cuantificación de la composición corporal en menor tiempo.

Esto permitiría incorporar estas métricas a la práctica clínica diaria sin incrementar la carga de trabajo de manera excesiva. También se podría combinar la composición corporal con biomarcadores moleculares, para crear algoritmos de predicción aún más robustos.

La evaluación corporal en el NSCLC

La identificación temprana de pacientes con un mayor riesgo de desenlace adverso es crucial para optimizar la terapia oncológica.

La suma de factores clínicos tradicionales y la información que brinda la TC de tórax sobre la masa muscular y el tejido graso intermuscular ofrecen una visión más completa del estado del paciente.

Conocer que un IMAI elevado se correlaciona con menor supervivencia y que una alta masa muscular protege frente a desenlaces negativos puede llevar a diseñar intervenciones tempranas de nutrición, fisioterapia y ejercicio supervisado.

Dichas estrategias contribuyen a fortalecer la reserva funcional del paciente, minimizar complicaciones y mejorar las tasas de supervivencia.

A medida que más estudios confirmen estas observaciones, la integración rutinaria de parámetros de composición corporal en la práctica clínica podrá afianzarse.

Este enfoque multidimensional permite personalizar el tratamiento, mejorar la calidad de vida y, en última instancia, aspirar a resultados más favorables en el manejo del NSCLC resecable.

Para conocer más sobre esta investigación puede visitar Insights into Imaging y acceder al artículo completo. 

También te puede interesar

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *