El cuerpo calloso (CC) es la principal estructura de fibras de materia blanca que conecta las áreas neocorticales de ambos hemisferios cerebrales. Esta estructura es fundamental para la integración de la información interhemisférica y el funcionamiento global del cerebro.
Durante el desarrollo embrionario, el CC se forma entre las semanas 11 y 15 de gestación. En este período se llevan a cabo procesos celulares y moleculares complejos, entre los cuales destaca la formación de una población glial en la línea media.
Estas células cumplen funciones esenciales en la guía de los axones que compondrán el CC, mediante la acción de moléculas específicas.
La adecuada formación del cuerpo calloso es indispensable, ya que su alteración se asocia a un amplio espectro de manifestaciones clínicas, que van desde dificultades intelectuales leves hasta déficits cognitivos severos, incluyendo retraso mental y otros síntomas neurológicos inespecíficos.
Así, tanto la evaluación prenatal como el estudio postnatal de esta estructura revisten gran importancia para el pronóstico y manejo de los pacientes.
Fundamentos del desarrollo y segmentación del CC
El orden de desarrollo del CC se realiza de forma progresiva, iniciando en el genu y siguiendo con el cuerpo, el istmo y, finalmente, el esplenio. Esta secuencia permite que, a partir de las 20 semanas de gestación, toda la extensión del CC sea visualizada mediante técnicas de imagen prenatal, como la ecografía.
La segmentación del cuerpo calloso responde a la diferenciación funcional y estructural de las áreas cerebrales conectadas.
Además, las alteraciones en cada uno de estos segmentos pueden influir en la presentación clínica de los pacientes.
La interrupción o malformación en el desarrollo de este puente neuronal puede estar vinculada a diversas causas, siendo las de origen genético las más frecuentes. Otros factores etiológicos incluyen causas infecciosas, vasculares o tóxicas.
Asimismo, la edad materna avanzada se asocia a un mayor riesgo de presentar alteraciones en el CC en niños con trastornos cromosómicos.
Comprender estos mecanismos es esencial para la identificación temprana de anomalías y para orientar el manejo clínico y terapéutico de los casos diagnosticados.
Diagnóstico prenatal: ecografía y resonancia magnética
El diagnóstico prenatal de las alteraciones del cuerpo calloso se realiza, inicialmente, mediante la ecografía.
Esta modalidad permite la evaluación de la estructura y la identificación de signos indirectos de malformación, como la ausencia del septum pellucidum, la presencia de ventriculomegalia o la colpocefalia.
No obstante, estos hallazgos pueden ser sutiles, especialmente durante el primer y segundo trimestre, lo que dificulta el diagnóstico precoz. Ante la sospecha de anomalías, se recomienda el uso de la resonancia magnética (RM) fetal, que ofrece una evaluación más detallada del encéfalo.
La RM permite la visualización directa del CC, así como la identificación de otras posibles anomalías cerebrales que puedan influir en el pronóstico neurológico del feto. Estudios comparativos han demostrado que la RM incrementa en aproximadamente un 22% la precisión diagnóstica en comparación con la ecografía.
Esta mejora es crucial, ya que un diagnóstico temprano y preciso permite el asesoramiento adecuado a las familias y la planificación de cuidados específicos durante el embarazo y el postnatal.
Hallazgos radiológicos: el “signo del puente colgante”
En un análisis de 10 estudios de RM fetales realizados durante el segundo trimestre de gestación, se han identificado hallazgos relevantes en pacientes con sospecha de anomalías en el desarrollo del CC.
En todos los casos se observaron estructuras comisurales con señal de sustancia blanca. Sin embargo, se detectó una diferencia significativa en la localización de estas estructuras entre fetos con CC presente y aquellos con agenesia.
En los casos confirmados de agenesia, la estructura comisural unía el tejido adyacente al piso de los ventrículos laterales, mientras que en fetos con CC presente, la unión se producía en el techo de los ventrículos.
Este hallazgo ha sido denominado “signo del puente colgante”.
La presencia de este signo se asocia a la agenesia del CC y puede servir como marcador radiológico en la evaluación durante el segundo trimestre.
Las imágenes de RM, con secuencias ponderadas en T2 y planos coronales, evidencian la lateralización de los ventrículos laterales, el aumento de la cisura interhemisférica y otros signos complementarios que refuerzan el diagnóstico.
La identificación de este patrón puede facilitar la toma de decisiones clínicas y el asesoramiento prenatal, ofreciendo una herramienta adicional para la descripción de las malformaciones del CC.
Implicaciones clínicas y relevancia diagnóstica
El amplio espectro clínico de las alteraciones del cuerpo calloso abarca desde formas asintomáticas hasta cuadros de severos déficits cognitivos y neurológicos. La variabilidad en la presentación clínica hace que el diagnóstico prenatal resulte fundamental para establecer un pronóstico adecuado.
Los hallazgos indirectos en la ecografía, como la ausencia del septum pellucidum, la ventriculomegalia o la colpocefalia, deben ser considerados con cautela, especialmente en el primer y segundo trimestre, ya que pueden ser sutiles y de difícil interpretación.
La incorporación de la RM fetal en el protocolo diagnóstico permite una evaluación más precisa, reduciendo la incertidumbre y aumentando la capacidad para identificar anomalías adicionales en el encéfalo.
El “signo del puente colgante” es un ejemplo de cómo la integración de nuevas observaciones radiológicas puede mejorar la detección temprana de la agenesia del CC. Una correcta interpretación de estos hallazgos es vital para orientar la toma de decisiones terapéuticas y el seguimiento postnatal, permitiendo la implementación de estrategias de intervención y apoyo que favorezcan el desarrollo del paciente.
La colaboración entre radiólogos, neonatólogos y genetistas es esencial para la integración de la información diagnóstica y la planificación de cuidados personalizados.

Impacto del signo del puente colgante en el diagnóstico prenatal
El “signo del puente colgante” se erige como un hallazgo radiológico de gran relevancia en la evaluación del cuerpo calloso durante el segundo trimestre de gestación.
Este signo se caracteriza por la presencia de una estructura comisural que, en casos de agenesia, se conecta al tejido adyacente al piso de los ventrículos laterales. Esta particularidad contrasta con la conexión observada en fetos con CC presente, en los cuales dicha estructura se une al techo de los ventrículos.
La identificación temprana del “signo del puente colgante” permite predecir de manera más precisa la agenesia del CC, lo que a su vez contribuye a un asesoramiento prenatal más informado y a una planificación adecuada del manejo posnatal.
Los estudios de RM fetal avalan que, al integrar este marcador en el protocolo diagnóstico, se logra un incremento en la exactitud del diagnóstico de malformaciones del CC.
Este avance representa una herramienta adicional en el arsenal de técnicas de imagen, permitiendo a los profesionales de la salud optimizar la detección y evaluación de anomalías cerebrales.
La aplicación del “signo del puente colgante” no solo mejora la calidad del diagnóstico, sino que también ofrece una ventana de oportunidad para la intervención temprana y la planificación de estrategias terapéuticas, beneficiando tanto a los futuros pacientes como a sus familias.
La continua actualización en técnicas de imagen y la incorporación de nuevos marcadores diagnósticos seguirán siendo pilares fundamentales en el ámbito de la radiología prenatal.
Para conocer más sobre esta investigación, puede visitar la Revista Argentina de Radiología.
0 comentarios