¿Microplásticos en el cerebro?

por Sep 24, 2024Resonancia

Microplásticos en el bulbo olfatorio: Nuevas evidencias y el potencial de la resonancia magnética en la investigación

 

Los microplásticos, partículas diminutas derivadas de la descomposición de productos plásticos, han sido motivo de preocupación debido a su omnipresencia en el medio ambiente y su posible impacto en la salud humana. Un estudio reciente publicado en JAMA Network Open el 16 de septiembre ha detectado, por primera vez, microplásticos en el bulbo olfatorio del cerebro humano, lo que sugiere una nueva vía de entrada de estos contaminantes al cerebro.

Este descubrimiento abre la puerta a investigaciones futuras sobre los efectos neurotóxicos de los microplásticos y plantea la posibilidad de utilizar técnicas avanzadas de imagen, como la resonancia magnética (MRI), para estudiar sus implicaciones en la salud humana.

Detección de microplásticos en el cerebro humano

El estudio, llevado a cabo por Luis Fernando Amato-Lourenco, PhD, de la Freie Universität Berlin, y su equipo, analizó los tejidos del bulbo olfatorio de ocho individuos fallecidos en Sao Paulo, Brasil.

Utilizando espectroscopía de micro-Transformada de Fourier Infrarroja (μFTIR), los investigadores identificaron la presencia de 16 partículas y fibras de polímeros sintéticos en los cerebros de los participantes.

De estos, el 75% correspondía a partículas, mientras que el 25% eran fibras, siendo el polipropileno el material más comúnmente detectado (43,8%).

El polipropileno es un polímero ampliamente utilizado en envases plásticos y otros productos de consumo, lo que refuerza la idea de que la contaminación ambiental por plásticos está impactando la salud humana.

Las partículas detectadas variaban en tamaño entre 5,5 μm y 26,4 μm, con fibras que alcanzaban longitudes promedio de 21,4 μm.

Estas partículas presentaban signos de envejecimiento, lo que sugiere que habían estado expuestas a condiciones ambientales durante un tiempo prolongado.

Espectroscopía de micro-Transformada de Fourier Infrarroja (μFTIR)

Para llevar a cabo la detección de los microplásticos, los investigadores emplearon la espectroscopía de micro-Transformada de Fourier Infrarroja (μFTIR), una técnica sofisticada que permite identificar la composición química de materiales a nivel microscópico.

El principio de la μFTIR se basa en cómo las moléculas de una sustancia absorben la luz infrarroja en diferentes frecuencias, lo que genera un “espectro” único o huella digital para cada tipo de material.

En este estudio, la μFTIR permitió analizar partículas minúsculas, como los microplásticos de entre 5,5 μm y 26,4 μm, lo que facilitó la identificación precisa de los polímeros presentes en las muestras de tejido cerebral.

Al comparar los espectros obtenidos con una biblioteca de referencia de plásticos, los investigadores pudieron determinar que el polipropileno era el polímero predominante.

Además, esta técnica también reveló indicios de desgaste en las partículas, lo que proporciona información sobre el tiempo de exposición de los microplásticos al medio ambiente antes de ingresar al organismo humano.

 

Ruta de entrada: El bulbo olfatorio

El hallazgo de microplásticos en el bulbo olfatorio humano no es un hecho menor, ya que esta estructura juega un papel clave en la percepción del olfato y está conectada directamente al cerebro.

Los investigadores propusieron que la ruta olfatoria podría ser una posible vía de entrada para los microplásticos en el sistema nervioso central.

Hasta la fecha, se sabía que estas partículas podían ser inhaladas y llegar a los pulmones, intestinos, hígado, placenta, y otras partes del cuerpo, pero no se había reportado su presencia en el cerebro.

La hipótesis de los investigadores es que las partículas más pequeñas de microplásticos, que han sido previamente identificadas en la cavidad nasal humana, podrían migrar a través del nervio olfatorio hasta el bulbo olfatorio, superando la barrera hematoencefálica, que generalmente protege el cerebro de la mayoría de los contaminantes.

Este descubrimiento resalta la necesidad urgente de investigar los posibles efectos neurotóxicos de estas partículas y su influencia en la salud neurológica.

La resonancia magnética como herramienta de investigación futura

Una de las limitaciones principales del estudio es que los datos provienen de autopsias post mortem, lo que dificulta evaluar los efectos a largo plazo de la exposición a microplásticos en la función cerebral en individuos vivos. En este contexto, los investigadores sugieren que la resonancia magnética podría ser una herramienta clave para superar estas limitaciones en estudios futuros.

La MRI es una técnica no invasiva que permite obtener imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo, incluyendo el cerebro. Dado que los microplásticos ya han sido detectados en órganos humanos, la MRI podría ser útil en investigaciones posteriores para identificar su presencia en diferentes tejidos sin necesidad de recurrir a procedimientos invasivos.

Además, la MRI funcional (fMRI) podría ayudar a evaluar los posibles efectos de los microplásticos en la función cerebral, proporcionando información sobre cómo estas partículas podrían afectar la conectividad neuronal y la actividad cerebral.

Implicaciones para la salud humana

Aunque este estudio es preliminar y se basa en una serie de casos, sus hallazgos tienen implicaciones preocupantes para la salud pública.

La posible neurotoxicidad de los microplásticos y su capacidad para llegar al cerebro podrían estar relacionadas con una variedad de enfermedades neurológicas, como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple, que han sido asociadas con la exposición a toxinas ambientales.

Sin embargo, es importante destacar que, aunque se ha confirmado la presencia de microplásticos en el cerebro humano, todavía no se han estudiado en detalle los efectos exactos de estas partículas en la función cerebral y la salud general.

Los investigadores subrayan la necesidad de realizar estudios adicionales para comprender mejor cómo los microplásticos podrían influir en la salud a nivel molecular y celular.

El descubrimiento de microplásticos en el bulbo olfatorio humano marca un hito en la investigación sobre la contaminación plástica y sus posibles efectos en el cerebro.

Si bien aún queda mucho por investigar, este estudio resalta la importancia de desarrollar nuevas herramientas diagnósticas, como la resonancia magnética, para detectar la presencia de estas partículas y evaluar sus implicaciones en la salud.

En última instancia, este hallazgo subraya la necesidad urgente de comprender mejor el impacto de la exposición a microplásticos en la salud humana y de tomar medidas para reducir la contaminación plástica en nuestro entorno.

 

PAra conocer más sobre esta investigación puede visitar el artículo completo en JAMA Network Open

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