La diferencia entre una radiografía aceptable y una óptima: Criterios radiográficos esenciales

por Sep 19, 2024Educación, Radiología, Uncategorized

La evaluación de la calidad de las radiografías sigue siendo fundamental, tanto en entornos que utilizan tecnología digital como en aquellos que aún emplean equipos analógicos. A pesar de los avances en los sistemas de imagen digital, los principios básicos de los criterios radiográficos permanecen constantes.

Sin embargo, el método de captura y procesamiento de las imágenes varía entre ambos sistemas, lo que influye en la forma en que se aplican estos criterios. En este artículo, abordaremos estos principios clave y cómo se adaptan a los equipos digitales y analógicos.

Estructuras anatómicas: Claridad y visibilidad en radiografías digitales y analógicas

 

Uno de los primeros aspectos a considerar al evaluar una radiografía es la claridad y visibilidad de las estructuras anatómicas relevantes. Para cada proyección, debe estar bien definida la región anatómica de interés.

Esto implica que los huesos, articulaciones, y tejidos blandos deben ser claramente identificables, lo que asegura una correcta interpretación de la imagen.

Para lograr esto, el técnico en radiología debe conocer la anatomía que debe estar presente en cada tipo de proyección. Por ejemplo, en una radiografía de tórax en vista PA (posteroanterior), se debe visualizar con claridad la columna vertebral a través del mediastino, asegurando que no exista rotación.

Independientemente del tipo de equipo utilizado, la correcta visualización de las estructuras anatómicas es fundamental para una radiografía diagnóstica.

Sin embargo, en los sistemas digitales, la capacidad para ajustar el contraste y el brillo posteriormente facilita la visualización de áreas que podrían no estar bien expuestas inicialmente.

Esto ofrece una ventaja sobre los sistemas analógicos, donde cualquier error en la exposición afecta directamente a la calidad de la imagen sin posibilidad de ajustes significativos.

En los equipos analógicos, los técnicos deben prestar especial atención a los parámetros de exposición para asegurarse de que las estructuras anatómicas relevantes estén claramente visibles en la película radiográfica, ya que los errores son más costosos y requieren repetir la toma, aumentando la exposición del paciente a la radiación.

Regiones observadas: Captura precisa en equipos digitales y analógicos

 

Un buen posicionamiento es crucial para que las regiones observadas correspondan con la indicación clínica. La radiografía debe mostrar la totalidad de la zona de interés, sin recortar partes importantes ni incluir áreas innecesarias que podrían afectar la calidad de la imagen.

Para asegurar que la imagen cubra la región adecuada, es necesario que el técnico entienda la patología que se está evaluando.

En proyecciones de extremidades, por ejemplo, se debe incluir tanto la articulación proximal como la distal del hueso que se estudia.

De este modo, la imagen ofrecerá una vista completa de la estructura anatómica bajo estudio.

La cobertura completa de las regiones observadas es crucial en ambos tipos de equipos, pero el proceso de asegurarlo puede diferir.

En los equipos digitales, el área de detección puede ser ligeramente más flexible debido al uso de sensores de imagen más grandes o paneles detectores, que permiten una mayor precisión en la captura de la anatomía.

En contraste, los sistemas analógicos dependen estrictamente del tamaño de la película utilizada, lo que significa que la colocación exacta del paciente y el receptor de imagen es crítica.

Cualquier error de posicionamiento o el uso de una película de tamaño inadecuado puede llevar a que partes importantes de la anatomía no sean capturadas, obligando a una nueva exposición.

Posición y ubicación de la parte del cuerpo: Diferencias en equipos digitales y analógicos

 

El posicionamiento del paciente es uno de los factores más determinantes en la calidad de la imagen radiográfica.

La parte del cuerpo en estudio debe estar alineada correctamente con el receptor de imagen y con el rayo central (RC).

Una mala alineación puede llevar a la distorsión de la imagen, dificultando su interpretación.

Para lograr una proyección adecuada, es esencial que el técnico radiológico entienda la geometría de la radiografía.

El rayo central debe atravesar el área de interés de manera perpendicular al receptor, minimizando la distorsión o ampliación de las estructuras.

Por ejemplo, en una radiografía lateral de columna lumbar, el paciente debe estar correctamente posicionado para que las vértebras aparezcan superpuestas sin desplazamientos o inclinaciones, lo que asegura que la imagen refleje fielmente la anatomía.

En los sistemas digitales, el posicionamiento del paciente sigue siendo un aspecto clave para una correcta proyección.

No obstante, la digitalización permite la corrección de ciertos errores menores mediante software, lo que no es posible en las radiografías tradicionales.

Por ejemplo, las imágenes digitales pueden ajustarse para corregir leves problemas de inclinación, lo que permite una mayor flexibilidad.

En los equipos analógicos, cualquier error de alineación se reflejará directamente en la película, lo que puede llevar a distorsiones irreparables o superposiciones de estructuras anatómicas.

Aquí, el técnico debe ser extremadamente cuidadoso para garantizar que la parte del cuerpo esté perfectamente alineada con el receptor y el rayo central, ya que no hay margen para errores o correcciones posteriores.

Colimación y rayo central (RC): Precisión en la exposición

La colimación se refiere al ajuste del haz de rayos X para que solo ilumine la región de interés, limitando la exposición del paciente a la radiación innecesaria y mejorando la calidad diagnóstica al reducir el ruido en la imagen.

Además, la correcta colocación del rayo central (RC) asegura que el haz incida adecuadamente sobre el área a estudiar.

El borde de la colimación debe estar lo suficientemente cerca de la región anatómica sin cortar áreas esenciales.

En una radiografía abdominal, por ejemplo, la colimación debe incluir toda la cavidad abdominal y no extenderse a áreas no pertinentes, como el tórax o los miembros inferiores.

De esta manera, se optimiza la imagen sin comprometer la seguridad del paciente.

La colimación y la correcta colocación del rayo central (RC) son cruciales tanto en sistemas digitales como analógicos, aunque existen algunas diferencias en la forma de aplicarlos.

En los equipos digitales, la imagen puede ser procesada y ajustada electrónicamente para reducir la exposición no deseada, pero esto no debe reemplazar una colimación adecuada.

La exposición innecesaria a áreas adyacentes debe ser minimizada desde el inicio, aplicando los mismos principios de colimación rigurosa que en la radiografía tradicional.

En el sistema analógico, la colimación es especialmente crítica ya que cualquier exceso en el haz de rayos X se imprime en la película, lo que puede generar imágenes con bordes no deseados y aumentar la radiación recibida por el paciente.

El correcto posicionamiento del rayo central también es clave, ya que no puede corregirse en el proceso de revelado.

 

Criterios de exposición: Ajuste de los parámetros técnicos

Los parámetros de exposición son un factor clave para obtener una radiografía de alta calidad. Estos parámetros incluyen el kVp (kilovoltaje pico), mA (miliamperios), el tiempo de exposición y el control del movimiento.

Cada uno de estos factores afecta la claridad y el contraste de la imagen.

kVp: Controla la penetración del haz de rayos X, determinando el contraste. Un kVp más alto se utiliza para tejidos más densos como los huesos, mientras que un kVp más bajo es útil para tejidos blandos.

mA y tiempo: Afectan la cantidad de radiación que llega al receptor de imagen. Un mA alto con un tiempo corto reduce el riesgo de movimiento, mejorando la nitidez de la imagen.

Movimiento: El técnico debe minimizar el movimiento del paciente, ya que cualquier desplazamiento durante la exposición puede generar imágenes borrosas.

El ajuste correcto de estos parámetros depende de la estructura anatómica a evaluar y la condición clínica del paciente, asegurando una buena penetración sin sobreexponer o subexponer la imagen.

Los criterios de exposición son esenciales en ambos sistemas, pero la tecnología digital ofrece mayor margen de error gracias a su capacidad de postprocesamiento.

En los equipos digitales, los errores leves en la exposición pueden corregirse ajustando el brillo y contraste, o mediante el uso de filtros específicos para mejorar la calidad de la imagen final.

En los equipos analógicos, los parámetros de exposición deben ser calculados con precisión desde el principio, ya que un error en el kVp o mA puede resultar en una radiografía de mala calidad que necesite repetición.

El tiempo de exposición también juega un papel importante; en radiografías analógicas, tiempos de exposición prolongados pueden resultar en movimiento y borrosidad, algo que es más fácil de controlar en los sistemas digitales gracias a tiempos de exposición más cortos y mayor sensibilidad del receptor.

Además, en los equipos digitales, los radiologistas pueden monitorear los indicadores de exposición como el Índice de Exposición (EI), que les permite evaluar si la radiografía fue tomada dentro del rango óptimo de exposición, algo que no es posible en sistemas analógicos.

Indicadores de imagen: Marcadores anatómicos y orientación del paciente

Por último, el uso de indicadores de imagen como los marcadores de “L” y “R” o “D” e “I” (derecha e izquierda del paciente) es esencial para una correcta interpretación de la radiografía.

Estos marcadores deben colocarse siempre antes de la exposición y en una posición visible dentro de la imagen.

Es importante evitar el uso de marcadores digitales añadidos posteriormente, ya que pueden generar confusión o errores.

En ambos sistemas, la correcta aplicación de los indicadores de imagen como los marcadores de “L” (izquierda) y “R” (derecha) sigue siendo vital para la interpretación precisa de la radiografía.

Sin embargo, en los sistemas digitales, estos marcadores se pueden colocar de forma electrónica en el postprocesamiento de la imagen, lo que permite mayor flexibilidad. A pesar de ello, es preferible colocar los marcadores físicos antes de la toma de la radiografía para evitar confusiones.

En los sistemas analógicos, los marcadores deben colocarse en el momento exacto de la toma, ya que no hay posibilidad de incluirlos o ajustarlos después.

La correcta colocación de los indicadores en la película es especialmente importante, ya que cualquier error podría afectar la orientación del diagnóstico clínico.

Conclusión

La evaluación de una radiografía va más allá de simplemente observar la imagen.

La aplicación de los criterios radiográficos es esencial para garantizar que la imagen sea diagnóstica y segura para el paciente.

Si bien los criterios radiográficos básicos son los mismos para equipos digitales y analógicos, la tecnología digital ofrece una mayor flexibilidad en cuanto al procesamiento y ajuste de la imagen.

No obstante, independientemente del tipo de equipo, es esencial seguir estrictamente las normas de posicionamiento, colimación y exposición para garantizar que las radiografías no solo sean aceptables, sino también óptimas.

La calidad diagnóstica depende de la correcta aplicación de estos principios, y cada tecnología presenta sus propios desafíos y ventajas.

Desde la correcta visualización de las estructuras anatómicas hasta la adecuada colimación y exposición, estos principios aseguran que la radiografía no solo sea aceptable, sino óptima.

 

Fuente: Bontrager, Kenneth L., and John P. Lampignano. Manual de posiciones y técnicas radiológicas. 10th ed., Elsevier, 2022.

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