Las técnicas modernas de impresión 3D pueden ser de gran valor en el manejo de pacientes con enfermedades de la pared aórtica.
La implementación de estas técnicas requiere conocimientos técnicos y una comprensión compleja de la anatomía, la patología y las opciones de tratamiento quirúrgico disponibles, según investigadores.
“Los resultados obtenidos hasta ahora con la impresión 3D son prometedores, pero se necesita más investigación y estudios documentados para proporcionar una visión más completa”, afirmaron el Dr. Sabin Cristian Radu y sus colegas de la Universidad de Medicina y Farmacia “Carol Davila” en Bucarest, Rumania.
¿Qué observaron?
El equipo ha compartido sus experiencias implementando esta tecnología en su flujo de trabajo y ha destacado posibles dificultades y contratiempos.
“La posibilidad de implantes y herramientas personalizados para cada paciente, destinados a propósitos preoperatorios o educativos, ha demostrado un gran valor al permitirnos visualizar anatomías complejas, ayudar en la planificación quirúrgica, mejorar la formación y reducir el tiempo de cirugía”, señalaron.
La tecnología avanza a pasos acelerados
Una amplia gama de programas de software y impresoras 3D están ahora disponibles comercialmente, y varios factores deben considerarse al implementar una impresora 3D en un entorno quirúrgico vascular.
La modelación por deposición fundida (FDM) o la estereolitografía (SLA) son las tecnologías más comunes utilizadas, y ambas tienen sus fortalezas y debilidades.
El grupo de Bucarest ha trabajado solo con una impresora FDM, pero planean agregar una impresora de resina a su configuración.
“La resolución de la impresora 3D juega un papel importante, particularmente en vasos de pequeño lumen, aunque para la aorta es de menor importancia. De todos los materiales disponibles para la impresión 3D comercial, encontrar uno adecuado para reproducir un modelo vascular no es tarea fácil.
El rango de precios de las impresoras 3D es bastante amplio, pero esa es solo la inversión inicial; el costo de los materiales y el mantenimiento también deben considerarse a largo plazo”, señalaron los investigadores.
Exhibición en el ECR 2024
En un póster exhibido en ECR 2024, propusieron un enfoque paso a paso para el proceso de impresión de modelos aórticos, comenzando con la adquisición de imágenes, selección de pacientes, postprocesamiento de imágenes e impresión 3D, antes de finalizar con el postprocesamiento del objeto impreso y la planificación preoperatoria.
Para un proceso de impresión 3D fluido, las imágenes obtenidas mediante angiografía por tomografía computarizada (CT) deben tener la menor cantidad posible de artefactos, un contraste óptimo para la región de interés, una resolución de voxel isotrópica y bajo ruido.
Un grosor de imagen entre 0.5-1.5 mm es deseable. Los pacientes que requieren cirugía electiva son los más adecuados, señaló el equipo.
Entender el proceso
El formato DICOM no permite la impresión directa, por lo que es esencial separar las estructuras de interés de los datos sin procesar y transformarlos en un formato accesible para las impresoras 3D, siendo el más notable la estereolitografía (STL).
La herramienta principal que utiliza el grupo de Bucarest para la segmentación es 3D Slicer, un software gratuito, de código abierto y multiplataforma.
Después de exportar los datos del PACS, preferiblemente anonimizados, importan el conjunto de datos a 3D Slicer y extraen una reconstrucción de la estructura vascular de interés que consiste en contraste intraluminal. “Esto se llama segmentación (aislamiento de estructuras anatómicas de su entorno)”.
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