Un estudio realizado en Alemania y publicado en Abdominal Radiology sugiere que los datos contenidos en informes estructurados de radiología pueden ser fácilmente analizados para orientar decisiones en torno a objetivos clínicos, comerciales y de salud poblacional a largo plazo.
¿De dónde provienen los datos?
Aunque el proyecto se centró en una cohorte de pacientes con cálculos renales, los autores indican que su técnica es probablemente generalizable a varios otros diagnósticos.
Entre las decisiones y planificaciones que estos datos pueden informar, el equipo menciona la garantía de calidad, la protección contra la radiación, y las investigaciones científicas y económicas.
“Estas posibilidades se suman a la larga lista de ventajas de los informes estructurados sobre los informes de texto libre y subrayan la necesidad de utilizar informes estructurados,” escriben los autores, aunque reconocen una significativa advertencia de cara al uso de las nuevas tecnologías.
La implementación de informes estructurados en la práctica clínica de rutina “puede ser elaborada ya que requiere que los radiólogos se adapten a plantillas de informes que deben completarse utilizando un ratón y un teclado en lugar de un sistema de dictado.”
Informes estructurados
Los informes estructurados son documentos que siguen un formato organizado y predefinido, diseñado para recopilar y presentar información de manera coherente y sistemática.
Estos informes están compuestos por secciones claramente definidas, cada una dedicada a aspectos específicos del estudio radiológico.
Las secciones pueden incluir información sobre la historia clínica del paciente, la técnica utilizada para la imagen, las observaciones y hallazgos relevantes, conclusiones diagnósticas y recomendaciones adicionales si es necesario.
En el estudio, el radiólogo intervencionista Tobias Jorg y colegas en la Universidad Johannes Gutenberg Mainz investigaron numerosos aspectos de los cálculos renales mediante la minería de datos o Data Mining, en inglés, de informes estructurados de radiología de 2,028 pacientes.
Todos se sometieron a tomografías abdominopélvicas para sospecha de urolitiasis, una condición común en la que las piedras se desplazan desde los riñones hasta los uréteres, la vejiga y, finalmente, la uretra.
Resultados, análisis y conclusiones
El 72% de la cohorte resultó positivo para urolitiasis, cifra que los autores atribuyen a la perspicacia de los médicos remitentes.
La distribución por sexo fue de 2.3 hombres por cada mujer, la edad mediana fue de 50 años y la cantidad mediana de piedras fue una.
Los investigadores extrajeron datos adicionales de los informes estructurados sobre el tamaño y la densidad de las piedras, y encontraron que estas características no tuvieron impacto en el grado en que las piedras obstruyeron el flujo de orina.
Jorg y coautores señalan que, según su estudio, la minería de datos basada en informes estructurados ha demostrado su utilidad, al menos en un diagnóstico abdominopélvico bastante común, como “un método simple para obtener datos epidemiológicos importantes y características de la enfermedad”.
Para conocer más sobre este tema recomendamos visitar Abdominal Radiology y acceder al artículo completo.
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